La duración de una tomografía dental puede variar dependiendo del equipo y la técnica utilizada. Por lo general, el procedimiento toma entre 10 y 30 minutos para completarse.
Durante el procedimiento, el paciente se sentará en una silla y se le pedirá que se coloque un aparato que sostiene la cabeza en una posición estable. Luego, el equipo de tomografía dental girará alrededor de la cabeza del paciente, tomando múltiples imágenes de rayos X desde diferentes ángulos.
Una vez que se hayan tomado las imágenes, se utilizará software especializado para combinarlas y crear una imagen tridimensional detallada de las estructuras dentales y maxilofaciales. El dentista o el radiólogo revisará cuidadosamente estas imágenes para obtener información precisa sobre la estructura ósea de la mandíbula y el cráneo, la posición de los dientes y las raíces, y la estructura de los senos maxilares y otras estructuras anatómicas importantes.
En general, la tomografía dental es un procedimiento rápido y no invasivo que puede proporcionar información valiosa para el diagnóstico y tratamiento de una variedad de afecciones dentales y maxilofaciales.